Fr. Neftali, still handsome after all those years. After leaving the Legion and Maciel in the 60s he turned to his native Michoacan, Mexico, and found a place for himself in the diocese of Morelia. Taken with local bishop Alberto Suarez Inda.
In my memoir I describe meeting Fr. Neftali, the second Legionary priest I ever met. "Fr." Coindreau, my recruiter, although he masquerades as a cleric, could not say Mass. Fr. Neftali, whose command of English was just beginning, was the first Legionary priest who came to Bundoran to minister to us postulants on a regular basis.
I never learned under what circumstances Neftali left the Legion not many years after. But he did leave. Like so many other exiting Legionaries he did not get his documentation straightened out and thus continued as an official Legion member for decades. It is likely that the Legion did "not want to bother" the Congregation for Clergy by notifying them of this defection....
The good news is that Fr. Neftali got a life after the Legion and became a happy priest outside.
On the other hand, as one of the first ordained Legionary priests, personally recruited by Maciel, who knows what dreams he was fed as a co-founder of the glorious order. Why did he have to forego those dreams of greatness? What made him leave the Father that had recruited him at the age of 12?
Article in Spanish
*** Misa concelebrada y un gran banquete
El Sol de Morelia
24 de junio de 2009
Por Dalia
Morelia, Michoacán.- En medio de una gran emotividad el presbítero Neftalí Sánchez Tinoco dio gracias a Dios por los 50 años de ejercicio sacerdotal que le ha permitido realizar, lo cual tuvo lugar durante una misa oficiada por el Excmo. señor arzobispo de la Diócesis don Alberto Suárez Inda, concelebrada por 15 sacerdotes.
Con la humildad y devoción con la que cinco décadas atrás celebró su ordenación sacerdotal, el padre Neftalí seguirá pensando como en aquel ayer: "El Señor me ha mirado a los ojos y sonriendo ha dicho mi nombre", pues así fue elegido para una misión que ha cumplido satisfactoriamente, con gran entrega y estricta vocación como lo expresaron las palabras conceptuosas y elocuentes que en ese acontecimiento fueron vertidas.
Posteriormente, un extraordinario banquete en la Universidad Vasco de Quiroga reunió a más de 300 personas que manifestaban su cariño, respeto y admiración al sacerdote, pues sus familiares de diversos puntos del mapa se hicieron presentes, además de tantas personas de las que se ha hecho querer, respetar y admirar ampliamente.
El escenario lucía armonioso y bellísimo y las notas del conjunto Ad Libitum, así como la participación de una soprano que brindó estupendas interpretaciones de María Greever y otros autores, dieron realce al evento en el que los platillos de gran gala hablaban de la excelencia propia de un acontecimiento tan trascendental. (I)
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